Siempre es el mismo círculo. Empezamos en un punto indefinido, marcado por alguna cruz en su recorrido. Caminamos de forma desequilibrada, tambaleándonos para cada lado. Llegas a la mitad de tu recorrido, y por un paso en falso, pisas en su superficie, vuelves a subir sobre el trazo curvilíneo para seguir andando, pero te juzgan, por equivocarte. Y lo bueno, el equilibrio, el trabajo que has hecho con anterioridad, se fue a la mierda. No interesa, puesto que lo negativo, siempre pesa y pesará más que lo positivo.
Soul.
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