Una vela para el diablo no es suficiente. El fuego del infierno corroe en el interior del demonio predilecto.

domingo, 20 de febrero de 2011

It's time to say goodbye...

No hace mucho tiempo, me he despertado entre un mundo diferente, un mundo mágico.
He aprendido a sentir, y que los hombres, también lloran, sufren y aman... Tantos errores cometidos y aunque los haya enmendado cada uno de ellos... Nunca ha sido suficiente. El daño que he causado, siempre ha sido mayor de lo que podría ser...
Siempre me he calificado como un hombre que le gusta amar y ser amado. Pero me he dado cuenta que de hombre, tengo poco. Cualquiera se avergonzaría de ser humano teniéndome a mi por ejemplo.
No pretendo justificar mis hechos, no quiero que nadie sienta pena por un ser tan repulsivo como yo.. Nada de nada..
Nada porque no merezco ni una efímera lágrima. No merezco ni un suspiro de dolor, ni un te quiero ni siquiera un quédate..
Porque no lo haré, porque se ha acabado, porque a veces, hay que ponerle fin a las cosas... Llega un momento, en que te agobias de ser el monstruo el malo, y gritas desde tus entrañas, que no puede más. Que quieres hacer las cosas bien por una vez.. Pero es demasiado tarde como para enmendar los errores, como para pedir perdón como para que te perdonen..
Y no, tampoco sería justo... Por eso... Por eso tengo que irme, alejarme de todo... Absolutamente de todo...

Leiden: Mi gran hermano mayor. Han sido tantos recuerdos, tantos momentos buenos, y tan poco malos... Hace más de un año que he tenido la gran suerte de conocerte, de sentirte como un buen amigo, de que me escucharas y viceversa. Estar ahí... Me has enseñado tantas cosas sobre lo dura que es la vida, me has enseñado, que rendirse es lo último que se debe hacer... Me has enseñado e indicado cuando he debido de ponerme los pantalones en cada una de las situaciones correspondientes... Aunque a pesar de repetírmelo una y otra vez... Jamás he sabido hacerlo de forma correcta... Pero se agradece, se agradece tener un amigo tan sabio, que sabe tanto de la vida.. Que sabe cómo y cuando hacer las cosas para que salgan bien.. Y no soporto, odio tener que despedirme de ésta forma.. Incluso odio tener que renunciar a todos los recuerdos y momentos de ésta forma... Pero mi caballo, ya no puede tirar de mi carro, lo siento...

Hölle: No he tenido el fuerte placer de conocerte tanto como me hubiera gustado. Sí, es cierto que estuvimos juntos y que te considero otro hermano mayor por la experiencia, por cosas que tú y yo sabemos...
Sé que últimamente, apenas hemos hablado e incluso, que llevamos meses sin hacerlo... Pero en gran parte es por mi culpa y lo sé. Lo sé, pero eso no quiere decir que no te eche de menos, porque para ser sinceros lo hago y muchísimo... Aunque no he tenido el suficiente valor o supongo que el evadirme de la humanidad me ha limitado a enseñar mis fuertes sentimientos últimamente... Pero sólo quiero que sepas, que te quiero, que te quiero muchísimo... Y que sí, que hace también más de un año que nos conocemos... Y que te he sentido como un mejor amigo, como un hermano, incluso como un padre, porque siempre, siempre has estado allí para ayudarme cuando fuera necesario... Cuídate... Te quiero...


Don Tom: Vaya vaya... Una de las personas que más me conoce aquí... Una de las personas que más ha tirado de mi, aunque mis fuerzas escasearan por completo. Pero siempre, siempre has sabido como y cuando, jalar de mis manos para sacarme de la profundidad de los posos más horripilantes en los que me he caído. Probablemente seas de las personas que más me ha conocido, ya sea porque entramos casi juntos y nada más conocernos congeniamos a la perfección como un gran hermano... Y te lo agradezco todo, todo lo que has hecho por mi, porque sé que me quieres... Pero Don... No se me puede resucitar de entre los muertos... Deja de emparanoiarte tanto, y déjame desplegar las alas... Volar, e irme.. Irme lejos, te lo suplico.. No quiero que me retengas más de lo debido, ya ha sido suficiente, ya me has tenido mucho tiempo entre tus brazos y todo el que has querido, ahora, ahora déjame ir, si me quieres es lo mejor que puedes hacer... Siempre voy a estar a tu lado, pase lo que pase y de la forma que sea... Te quiero, te quiero mucho...

Psycho: Psycho... Mi adorable y perfecto psicópata... Eres tan dulce bebé, eres tan perfecto, que me molesta, me molesta el hecho de tener que abandonarte, ya que te juré, te juré que siempre permanecería a tu lado. Sé que he fracasado muchas veces contigo, sé que incluso te he dañado, pero para alejarte de mi, porque no soy buena persona, y lo sabes perfectamente... No te he permitido dejar crecer los sentimientos, cuando podría haber sido algo precioso... Pero el pasado, forma parte del pasado y debe quedarse estancado atrás. Eres feliz mi pequeño, sé que lo eres y no me necesitas tanto como crees. Sé que no me necesitas. Sé perfectamente, que pronto, pasaré a ser un vago recuerdo entre tus pensamientos...
Mi pequeño héroe de pacotilla, te quiero tanto, pero tanto... Gracias por todos y cada unos de esos momentos, en los que me has tendido entre tus brazos para ayudarme a dejar de sufrir, tu calidez humana, siempre tan perfecta...

Abney: Vaya... No me odies, te suplico que no me odies.. Sé que me quieres y sé que no quieres que me vaya Abney... Has sido en los últimos días, una de las personas que más me ha apoyado, que más me ha tenido entre sus brazos para intentar ayudarme a despejar mi mente de tantos malos pensamientos... Me duele que tu actitud sea distante, pero supongo que debo comprenderlo, supongo que tanto a ti como a mi, nos duele distanciarnos, porque en poco tiempo, hemos creado un fuerte enlace de amistad... Pero por desgracia, en mi mundo, las cosas siempre tienen un final, feliz... O triste, nunca lo sé, pero todo lo que empieza debe acabar, y tú y yo lo sabemos perfectamente.
Tantas risas, tantos momentos de ánimos, tantos abrazos, tantos te quieros, tantos mismos y tantas explicaciones insensatas... Pero se quedan atrás, se quedan atrás para dar formar unos cuantos y preciosos recuerdos... Te quiero mucho pequeña langostilla... Muchisimo...

Toxic: Sé que me odias, que no me quieres ni ver muerto como claro me lo has dejado... Sé que nuestra amistad, se ha ido apagando con el tiempo, sé que no confías en mis palabras sé que probablemente ya ni me quieras por el daño que te he causado. Pero si lo he hecho... Joder, si te he dañado, no ha sido porque he querido, ha sido porque son necio y cabezón, no soporto sentir que te lastimo, porque sabes perfectamente lo mucho que te quiero, lo mucho que has significado para mi.
Eres el padre de mis primeros hijos, el hombre que me enseñó a sentir, el que básicamente, me ha enseñado muchísimas cosas que me han servido en ésta vida. Cuando te vi por primera vez, ya pasa a ser un vago recuerdo entre mis pensamientos, pero lo recuerdo, lo recuerdo porque fue especial... Y hace también, mas de un año que te conozco, y no importa, para mi ha sido como ayer.
Hemos pasados muy buenos momentos, llantos de tantas risas... Como también lágrimas de angustia y dolor... Sé que te he causado daño muchas veces... Y sé que no puedo remediarlos tras mucho tiempo... Pero quiero que recuerdes una cosa Toxic, que te quiero, que te quiero muchísimo, y aunque las cosas no estén bien... No lo olvides porque yo nunca te voy a olvidar... Te quiero...

Diem: Vaya, mi amigo especial... ¿Qué es de ti? En realidad, no se nada de ti desde hace tiempo, puesto que las cosas no acabaron bien. Y por más que me he enterado de ciertas cosas que me han dolido, cosas que has dicho detrás de mi cuando éramos amigos... Cosas que me han arrebatado más de una lágrima, no importa, no importa porque te quiero.
Siempre hemos tenido muchos altibajos en nuestra amistad, incluso cuando estuvimos juntos, pero los bajos, los bajos no importan. Yo siempre recuerdo los buenos momentos, para mi son los más importantes, son los que cuentan...
Recuerdo el día que te conocí, aunque en realidad era en plena madrugada... Borderías, discusiones de estúpidos apelativos, y ángeles informáticos de por medio... Vaya, que cosa más rara ahora que lo pienso. Fue extraña la forma en la que te conocí, pero no importa. No importa porque te quiero, y porque conocí a una persona maravillosa...

Kendra:  Mi preciosa princesa. Sé que no hace mucho que nos conocemos. Pero hemos compartido buenos momentos, sonrisas y también tristezas. Pero lo más bonito de todo es que siempre has estado ahi, aunque no me conocieras del todo. Te has arriesgado por mi amistad, a pesar de las habladurías que se sueltan. Pero no te has dejado llevar por ellas, si no que, te has dejado llevar por conocerme.
No tengo mucho tiempo para decir, lo mucho que te quiero y cosas que ya no sepas, porque prácticamente, sabes que cuando tú estás mal, me es inevitable no estarlo. Te adoro mi princesa, muchísimo.

Heidi: Mmh... La chica mala que atentó contra mi un par de veces lkamslkmas. Te adoro pequeña.
Tú me has enseñado, que no importa quién seas o lo que hayas hecho, siempre hay tiempo para perdonar, porque las cosas malas nunca son para siempre, y que las malas fachadas ocultan como es una persona en su interior. Te has arriesgado a conocerme, y yo también, pero lo cierto es que no me arrepiento en lo más mínimo, porque me he dado cuenta de que te adoro, de que eres una persona maravillosa, y me amarga la existencia que no seas feliz por tus circunstancias.. Pero recuerda, que la felicidad está donde menos te lo esperas, te quiero, mi borracha.

Seek: Mi gordo... Vaya, ¿cuidarás de Brian? Ya he dejado de darle de comer carne para que no sea un mal perro. He seguido tus consejos ¬¬. Pero bueno mi pequeño.
Tantas y tantas risas, por dios, es que, es inevitable no reírse aunque estés jodidamente hundido... Siempre has sabido como sacar una sonrisa para iluminar aunque sea lo mínimo mi día...
Incluso nuestras charlas a las 7 de la mañana... Quien nos oyera, pensaría que estamos realmente cínicos. ¿Quién se ríe a esas horas? Sólo tu y yo.
No he tenido el placer de conocerte antes, pero sé que eres una persona maravillosa porque es lo que me has enseñado. Te quiero MUCHÍSIMO. Y sigue adelante, te lo mereces.

Chupame: Mmh... Sádico, adorable, borde, precioso... Mira que me ha costado conocerte, un año prácticamente, un año entero me ha costado mantener una conversación contigo.
Pero es difícil mantener una conversación con tantos "mmh" y algunas ironías, que llegan a dejar mi coeficiente intelectual bastante por el suelo.
No tengo mucho más que decirte, porque tampoco es que tenga demasiado tiempo... Pero no me parecía justo irme sin decirte ni adiós, aunque.. Me hayas dejado plantado con una cena más de una vez, pero no importa. Te quiero mucho enano...

Y finalmente... Tú, que me he reservado para el final.. Para tratar mi despedida con sensibilidad... Intentaré despedirme, sin llorar, pero sé que me va a ser imposible... Y aunque seas el último de mi lista, probablemente seas el más importante... Allá vamos...

Würzig: Dios... No sé por donde empezar, y mis ojos ya ni me dejan ver con claridad... Vamos Soul, tú puedes...
Sé, sé perfectamente que te he dañado, sé que la he cagado ciento de veces, sé que he hecho tu camino difícil, aunque en realidad no deseara eso... Sé, que te he perdido y que estás sufriendo por mi culpa, y que yo también lo hago pero ya no me queda nada... No puedo hacer nada por recuperarte, porque sencillamente... La jodi, la jodi otra vez y ahora... Se acabó.
Y a cada segundo que pasa me maldigo, me insulto, y me daño, por saber que he perdido al amor de mi vida...
Porque tú eres un perfecto ángel, el más preciado de todos, eres el único y serás el único dentro de mi pecho.
Por más lo que haya hecho, por más que las cosas no estén bien... Dios Würzig, tu no sabes lo que te amo, no puedes imaginarte aunque quisieras, el agobio, el dolor y el pánico que siento.
Pánico, porque sé que ya no me amarás, porque sé, que no te tendré que no seré tuyo ni tú serás mío.
Que ya no podré decirte las veces que quiera todo lo que te amo, que me respondas con un yo a ti, que me digas cuanto me deseas... Que me añore cuando no esté y viceversa...
Siempre te he dicho, que si tu no estás, yo tampoco estaré, te he dicho que si te vas, yo me muero y efectivamente... Me estoy muriendo... Pero no me importa, no me importa porque sé que lo merezco y ahora. Ahora te toca ser feliz... Pero por favor Würzig... No olvides, no olvides jamás que te he amado, que te he amado con cada fibra de mi ser, que te amo, que te amo con cada fibra de mi ser, y que te amaré que te amaré con cada minúscula y puta fibra de mi ser...
Porque cuando menos lo esperaba, llegaste, llegaste para rescatarme, me protegiste... Y en cambio, no supe valorarte como de verdad te lo merecías. Y ahora me doy cuenta de todo.. Creí una vez más que sería fuerte, que podría vivir sin ti... Pero no, no puedo... No puedo Würzig... De verdad, de verdad que me muero...
No puedo dormir, no puedo comer, y me cuesta hasta respirar con tu ausencia... No puedo vivir... No quiero vivir si no es contigo...
Me despido por aquí de ti, por el hecho de que... Por ciertas circunstancias... No he podido hacerlo directamente. Aunque quisiera, pero supongo que es mejor mi amor... Supongo que lo es... Será menos duro para mi como supongo que para ti.. Seguramente me odies Würzig, y no sabes todo lo que me duele maldita sea, ¡pero no puedo lamentarme! no puedo... Por más que grite para intentar sacar el dolor de mi pecho, no puedo, no me sale la voz, estoy ahogado en nuestros recuerdos, estoy siendo torturado por mis pensamientos... Y sólo quiero morirme, morirme porque no puedo Würzig, no aguanto sin ti, esto es demasiado... Sólo quiero despertarme, despertarme de ésta horrible pesadilla, y encontrarme sobre tus labios una tierna sonrisa mientras tus brazos rodean mi frío cuerpo para calmar mi dolor, mientras me susurras al oido cuanto me amas... Todo lo que me necesitas... Y que sólo, sólo era una estúpida pesadilla, que la realidad es otra que la realidad... No es ésta...
Y ahora... Ahora debo irme mi precioso ángel... Debo irme lejos para no dañarte más, para poder sobrevivir, o quizás... Sólo morir... Pero te amo, te amo demasiado, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo, te amo demasiado mi amor, y eso será así, será para siempre... TE AMO JODER, TE AMO.
Siempre, y eternamente tuyo... Soul.
02/07
26/11
04/01

Te amo....

sábado, 19 de febrero de 2011

CLOSED

13 The end

Y el ángel... El ángel no llegó para salvar al demonio. El ángel hizo lo correcto, escuchó a sus seguidores, y le abandonó en pleno apocalipsis..
Quizás, eso debería haber hecho el demonio, escuchar... Y callar.
Quizás tendría que haber luchado más por su ángel predilecto... Quizás...
Pero ya no se puede hacer nada, ambos cogieron caminos diferentes: Él, será feliz dentro de un tiempo.
Pero el demonio, quién sabe... Quizás lo encuentren, y lo tomen por psicópata suicida..
Pero uno está vivo, y el otro, se murió amándole con cada efímera parte de su cuerpo...
A veces el amor es injusto y doloroso, pero es así... Y no hay marcha atrás.

Fin.

12

Tres meses... Tres jodidos meses son los que llevo esperándole, tal y como le prometí..
Los días se hacen años y los meses siglos... Le necesito... Dios, como le necesito...
Deslizo la cortina del salón con las puntas de mis dedos observando por enésima vez ésta mañana a la calle para ver si observo algún rastro de su persona, pero nada... No hay absolutamente nada.
Me desespero, me vuelvo loco por volver a perderme entre sus brazos... Su calidez tan humana, su perfección angelical.. Y sé, que esto va a acabar mal... Porque somos de mundos diferentes...
Conllevo las puntas de mis dedos hacia mis lacrimales, ejerciendo presión sobre ellos para detener las futuras lágrimas traicioneras.

-Otra vez hacéis aparición estelar hijas de puta... Iros, iros y dejadme en paz, dejad de torturarme de ésta forma...

Niego con molestia sintiendo como las pequeñas gotas de agua salada, siguen traicionándome, para derramarse sobre mi piel y deslizarse con suavidad sobre la longitud de mi rostro. Inhalo una profunda bocanada de aire, y sin más preámbulos, urgo en uno de mis bolsillos de la sudadera, en busca de mi pequeño juguete torturador. Frunzo el ceño, y dejo salir la hoja de la navaja, centelleando su brillo con la efímera luz de la luna que penetra por una pequeña rendija de la ventana.
Deslizo el filo de la misma, y la coloco sobre mis venas en posición vertical, sin miramentos, deslizo con presión sobre mi muñeca, observando como la sangre caliente, brota con desesperación, pero también, su rápida cicatrización...

-Si tuviera algo, algo, lo que sea con esencia angelical, podría matarme, y así... Acabar con éste fuerte dolor...  

Sí, desde que le he perdido, desde que se ha ido sin decir ni siquiera adiós, cada día que le he esperado, cada segundo que ha pasado, habitan en mi profunda mente, unos pensamientos bastante repulsivos y suicidas, peores de los que nadie se pueda imaginar...
Cierro el puño con fuerza para volver a clavar la punta de la navaja en el interior de mi muñeca, de forma bestial que incluso, daño los tendones que van hacia los falanges. Presiono mis labios al sentir el intenso dolor, intentando evadirlo con su perfecta imagen, pero en cambio, sólo consigo sentir un profundo escozor sobre mi piel, y la ebullición de mi sangre..

-Eres peor que un arma letal...

Presiono mis labios con agobio y agotamiento, dejando caer al suelo, el cuchillo completamente impregnado de mi sangre, a la par que veo, que mi muñeca no se cicatriza y que de ella, sale sangre, demasiada sangre...
Presiono mis labios y extiendo de las comisuras para perfilar una triste sonrisa con un pequeño ápice de alegría..

-Parece... Que lo... He conseguido...

Cierro mis ojos con fuerza, repasando su perfecto cuerpo y rostro, mientras de mis ojos, no sale más que unas profundas lágrimas de dolor y añoranza.. Jadeo de dolor mientras un charco de sangre procedente de mi brazo, empieza a impregnarse en mi blanquecina camiseta. Trago una gran cantidad de saliva, entrecortándose la respiración, para darse jadeante.

-Lucifer... Ya... Ya me puedes llevar contigo...

viernes, 4 de febrero de 2011

11º

La alarma rompe mis más profundos y perfectos sueños.
Gruño al exhalar una fuerte bocanada de aire. Deslizo mis dedos hacia mis trenzas para enredarlas entre las puntas de los mismos.
Estiro cada músculo de mi cuerpo, y bajo de la litera de apenas un brinco. Me dirijo hacia la venta y subo la persiana a tope, arrepintiéndome cuando la luz intensa del sol, daña mis oscuras pupilas.
Restrego mis ojos, mientras me abro paso en dirección hacia la cocina buscando algo con lo que matar el rugido de mis tripas.
Deslizo la planta de mi piel por la longitud de mi tibia rascando suavemente la piel, mientras me decanto por un tetrabrick de zumo de piña.
Dejo caer el líquido en el interior de mi garganta, y cuando sacio mi sed y mi hambre, lo vuelvo a cerrar para la próxima vez.

-Con esto ya tendré hasta mañana.

Me aseguro de que cada cosa está en su sitio, mientras memorizo los nombres de mis futuras víctimas.
Subo los pantalones hasta mis caderas, dejándolos perfectamente puestos, deslizo la camiseta de algodón hasta la zona de mis muslos, y desvío la mirada para cerciorarme de que mis alas están donde deben estar.

Envaino mi espada y busco las llaves de la casa.  Cuido una vez más de que cada cosa esté en su sitio y le echo un último vistazo a mi lista. Asiento tranquilamente, y me encamino atreves del oscuro pasillo con sólo una frase en mente "se acabó".
Eso fue lo que exactamente he decidido anoche, olvidarle, arrancarle de mi vida y no volver a saber de él. Al menos eso es lo que quiero. ¿Que si me lo cruzo cuando regrese?
Pues le mataré.
No me importa.
Mi sangre se enfrió, y los demonios no se pueden mezclar con los ángeles, ni para tener una bella amistad, asi que si no me deja en paz, le mataré.
Sé que suena contradictorio, porque ayer le quería y hoy le odio.
Le odio por quererle, eso es cierto. Odio porque él ha roto mis planes, todo eso que me enseñaron desde que era pequeño, esas cosas que debía hacer en el momento justo.
Y no me importa, es lo que me dictaminó mi padre al entregarme ésta espada con una empuñadura de oro, y la voy a hacer valer.
Ningún estúpido ángel vale ni la cuarta parte de ésta espada. A si que, es momento de hacer brillar su valor en el viento y que el sol la haga destellar.
Inhalo una fuerte bocanada deileitándome del aroma a sangre que desprende mi novena víctima, y evacúo una cínica carcajada que retumba en cada uno de los recovecos de ésta oscura habitación.
Flexiono mis rodillas y me dejo elevar para atravesar la ventana y acabar con mi trabajo, volver a casa pronto. Sólo me queda éste mierda y podré volver a casa. A mi dulce hogar.
Suspiro con fuerza, y me encamino por un callejón oscuro, sintiendo como poco a poco la esencia angelical, me repugna, me asquea y me debilita... "Son muchos.."
Exclamo para mi anterior, cuando los diviso desde el rincón más oscuro. Sin conteo por encima, puedo percibir la presencia de 9 ángeles, que van a su completa bola, pero yo no tengo que matar a los 9. Sólo tengo que matar al jefe de la manada.
Desenvaino mi espada para sujetarla por la empuñadura dorada entre mis dedos. Suspiro con fuerza y en un momento de despiste, salgo de mi escondite para enfrentarme a dichos ángeles. Si tengo que matar a los 8 para matar también al jefe, lo haré... Me repugnan, malditos ángeles.
Despliego mis alas y dejo brillar la espada por la luz de un farol. Aproximo mi postura, y conteo nuevamente los cuerpos de mis víctimas: 8. Falta uno, ¡maldita sea!
Niego suavemente y me aproximo al jefe para amenazarle con la punta, rozando su cuello para quemar su piel con la esencia.

-Voy a matarte maldito bastardo. -Gruño entre dientes mientras siento su repugnante esencia colarse como el ácido por mis fosas nasales. Suspiro con fuerza ladeando el rostro, y corto su piel con el filo. Curvo una sádica sonrisa sobre mis labios y me enfrento a los restantes a base de insultos y especulaciones.- ¡Vamos malditos bastardos! ¡Venid a por mi, venga jodidos cobardes! -Les observo completamente exasperado cuando contemplo que yacen completamente fijos en su sitio.

Nada. No sucede nada. Comienzo a sentirme realmente estúpido. Pero no de mueven, ni siquiera hablan sólo me miran sin mover un dedo alguno.

-¿Qué quieres? -Uno de ellos eleva su rostro amenazando con sus gestos. Deslizo mi espada para apoyar la punta en el suelo contra mi cuerpo, cambiando mi postura a una completamente chulezca.
-Mataros. -Evacúo una nueva sádica sonrisa que retumba en cada uno de los recovecos de éste callejón.
-Pues empieza.

Una de las voces retumba a mis espalda de forma que me despisto, volviendo a sujetar mi espada por la empuñadura. Apunto hacia el ángel que yace detrás e inhalo una fuerte bocanada de aire.

-¡¡Joder Lucifer!! ¿De verdad me tengo que ensuciar las manos con estos mierdas? -Vuelvo a sonreír con superioridad. Deslizo mi labio superior por la longitud del inferior mordiéndolo finalmente con el filo de mis dientes.- Muy bien vamos a ello. -Elevo mi espada para aproximarme hacia uno de los ángeles.-
-¿Qué cojones estás haciendo?

Helado... Me quedo completamente helado cuando oigo su voz. No puede ser... ¡Me estoy volviendo loco joder!
Sacudo la cabeza de lado a lado y vuelvo a recuperar mi postura para amenazarle con la esencia. Jadeo con fuerza y elevo la empuñadura para matarlo de una. Pero algo, me lo impide, más bien alguien.

-¿Por qué lo haces?
-¿Y tú... Tú qué cojones haces aquí?
-¿Que qué hago aquí Soul? Pues es sencillo de explicar, a quienes intentas matar son mis amigos... A si que para matarlos a ellos debes primero acabar conmigo.
-No me lo pones complicado.
-Cómo veas.

Frunzo mis hombros y deslizo la punta de mi espada por su pecho observando como el ácido de la esencia quema su piel. Presiono mis labios y ladeo el rostro con constancia. Separo la punta y la coloco sobre su corazón e intento atravesarle el pecho.
Gruño, gruño y otra vez. Pero no puedo...

-¡Que te jodan!

Envaino mi espada y me pierdo entre la oscuridad desapareciendo completamente de ese callejón.
Impulso mi cuerpo con los codos abriéndome paso entre el aire, para perderme completamente en la ciudad.
No tardo en llegar a mi casa, coger la botella de tequila y me dejo caer en una esquina de mi habitación.

-Genial, me he sentenciado.

Trago una fuerte cantidad de saliva sintiendo el escozor del tequila cuando se mezcla con mis propios líquidos.
Pero sólo me apetece beber, al menos, disfrutaré de una buena borrachera cuando llegue mi última hora.
Frunzo el ceño y deslizo mi espalda por la longitud de la pared hasta tumbrarme en el vacío salón de mi casa.
Apenas la luz blanca de la luna, perfila mi silueta y la de la botella medio vacía, puesto que su alcohol restante ya recorre cada parte de mi cuerpo intercambiándose con la sangre.
Entrecierro los ojos y un par de lágrimas traicioneras, se deslizan por mis mejillas, para deslizarse una a una con fuerza...

-¿Por qué todo lo peor me sucede a mi? Maldita seas jodido idiota.

Vacío el alcohol en el interior de mi boca, para tragarlo a buchas y suspiro con fuerza, estallando en una fuerte angustia que rompe con el silencio de mi habitación.
Pero todo se paraliza incluso mis lágrimas.
Un tacto cálido, rodea mis hombros y el latido fuerte de un corazón calma mi respiración.
Cierro los ojos con fuerza, negando la realidad por unos instantes.
Elevo el rostro para observar de dónde proviene la calidad y cierro mi puño en la tela de su camiseta. Apenas separo mis labios para gesticular algunas palabras ebrias consiguiendo con vagueza pronunciar..

-Te quiero.

Sus blancas alas rodean mi cuerpo, intercambiando esencias, sientiendo un mutuo dolor pero un fuerte sentimiento.

-Shht...

Apenas susurra desde sus cálidos brazos, pero yo.
Yo me siento completamente imunisado...

martes, 1 de febrero de 2011

10º

Hace varios días que no sé nada de él.
Nada.
Y cuando digo nada, es NADA.
Aunque lo cierto, es que tampoco estoy por sus lares... Si no que me he venido al país de la pasta y de los hombres con artillería.
Sí, ahí mismo, La bellisima Italia.
Puede que sea por razones de misiones. Pero no le he visto ni la punta de sus trenzas.

Sí, Itialia es hermosa, los paisajes, el amanecer, el anochecer e incluso la sucesión del día. Su principio y su fin. Tan bella... Pero más bello es él.
Y lo cierto, es que pase un día, dos o tres... No soy capaz de arrancarle de mi mente. Aún yace en un pequeño recoveco, su mirada triste desde aquella ventana... Y sigo sin comprender qué es lo que he hecho mal... Sólo he intentado hacerle ver que le quiero... Pero supongo que no es una agradable forma la mía. El espiarle contsantemente y agobiarle, acribillarle a mensajes telepáticos. Supongo que es cierto eso de que los demonios no sentimos.
Y supongo que es cierto, que se rumorea por los infiernos mi "romance" con un arcángel. A si que también supongo que por eso estoy en Italia, y no bajo su portal. Las misiones... No me extrañaría que me salieran tantas. Según uno de mis amos estoy bastante "vago" y un demonio no se gana la vida conquistando, o sastifaciendo sus necesidades vitales como el buen sexo. Si no que todo lo contrario. Asesinando a ángeles.
Y eso he hecho éstos últimos días. No me ha sido difícil. Por alguna u otra razón están más que débiles. La plaga comentan algunos, es como... La peste negra hace unos cuantos siglos atrás. Me falla la memoria para ser con exactitud -supongo que me podréis entender, los humanos a veces ni recuerdan lo que han hecho el día anterior o mismamente qué han desayunado, como para recordar más de cien guerras y doscientas batallas. Para ser sinceros, mi mente no es un pendrive que almacena de forma masiva en su interior. Ni tampoco consto de 16 GB, y la facilidad de copiar y pegar información dentro de un archivo para saberlo tal cual. Pero... ¿Sinceramente? Poco me importa.
Sin desviarme del tema...
Los ángeles están cayendo uno a uno, y la ley de compensación, -como dice el Libro de Enoc-, nos deja como una gran mayoría, puesto que La Plaga no nos afecta en lo más mínimo.
Reviso mi lista de ángeles caídos, ceriorándome de que mi trabajo no está muy mal hecho.
Finalizo la primer lista de nombres, tras tachar cada uno de los ángeles con un bolígrafo rojo. Inhalo una fuerte bocanada de aire, y rasgo con una navaja el sobre que me llegó ésta misma mañana.

-Otra jodida lista...

Babuceo entre regañadientes mientras leo por encima cada uno de mis futuras víctimas de batalla.
Inhalo una fuerte bocanada de aire observando con indiferencia cada uno de ellos.
Apago la luz de noche y hundo mi cuerpo debajo de los endredones a pensar, mientras presiono el folio contra mi pecho.
Sí a pensar... A pensar en él.
Sacudo la cabeza y frunzo el ceño a observar su rostro tan resplandeciente en el regazo de mi techo...

-Jodido ángel adorable...